La gran diversidad de
pueblos prehispánicos que existieron en lo que hoy es México tenía un común
denominador: los dioses del maíz. Los principales eran Kawil (o Dios K) y Yun
Caex entre los mayas, Pitao Cozobi entre los zapotecas, Homshuk entre los popolucas,
Cohuy entre los mixtecos, Aquitze Catapeme entre los tarascos y Centéotl y
Tonacatecuhtli en los pueblos mexicas. Estas últimas deidades aztecas eran
representadas con manos de mazorcas, la primera, y con una diadema de maíz, la
segunda. Además había dioses menores para cada color del grano sagrado.
La
alimentación que acostumbraban los habitantes del México prehispánico es un
tema bastante bien documentado, particularmente para el caso de los aztecas, en
el centro del país, y de los mayas, en la península de Yucatán.
Los
indígenas conservaban algunos alimentos por medio del proceso de secado o
salado, o ambos juntos, sobre todo en las cálidas regiones costeras y
septentrionales, y en las zonas lacustres del centro del país. Hasta hoy día
subsiste el hábito de consumir pescados y camarones preparados de esa manera, y
la machaca en el norte. Tenían varias formas de endulzar, por medio de mieles
de maíz, de maguey, de abeja o de avispa y de otros vegetales.El estudio de sus
bebidas no alcohólicas y asimismo de las espirituosas, ha ameritado amplias
publicaciones de especialistas. Desde luego, destacan entre ellas el chocolate
y el pulque, respectivamente.Conviene dejar bien claro que nuestros pueblos
prehispánicos practicaban regularmente la antropofagia ritual, pero rara vez
como sustento alimenticio.
Los antiguos mexicanos
cocían sus alimentos de diversas maneras: asados directamente a las brasas o
con leña, o sobre comales de barro, como las tortillas, o hervidos en agua. La
barbacoa -carne envuelta en hojas vegetales- se cocía en un hoyo bajo el suelo,
cubierta de tierra, previamente calentado con leña, y piedras que absorben y
mantienen el calor. (Cabe señalar que tanto los tamales como la barbacoa son
inventos surgidos en diferentes épocas en varios lugares del mundo, sobre todo
en pueblos de la antigüedad. Con respecto a esos hornos subterráneos, así
disponen los hotentotes en el África sus sabrosísimas rebanadas de trompas y
pies de elefantes, informa El cocinero mexicano en su edición de 1831). En la cocina
prehispánica no se acostumbraba freír los alimentos, pues no disponían de
aceites vegetales ni de mantecas animales.
Bibliografía: http://sic.gob.mx/